Es la hora
de la regeneración en RTVE. Las redes estaban llenas hasta hace bien poco tiempo de mensajes
de trabajadores de la radio y la televisión públicas que decían estar cansados,
desmotivados, saturados, y querer trabajar dignamente. Reclamaban criterios
profesionales.
Pero ahora,
tras la toma de posesión de Rosa María Mateo como administradora de la
Corporación y los nombramientos de directivos, los medios de comunicación
resaltan que RTVE vuelve a convertirse en el campo de batalla política. El
portavoz del PP en el Parlamento para los temas de RTVE, Ramón Moreno, ya
detecta “una manipulación exagerada” y cree que el ente público se ha
convertido en el servicio de propaganda del Gobierno.
En este
sentido yo escribía en las redes sociales que habrá que pacificar RTVE para que
la información no sea motivo de batalla política. Porque la regeneración
también implica recuperar el lenguaje en el que nadie se sienta excluido. No se
trata de convivir con acusaciones de manipulación que cambian de barrio.
Le sucederá a la Administradora única un Consejo de Administración elegido por
expertos. Y no es igual cualquier solución, por muy democrática que sea. Una
dirección tecnocrática que se mueva bien en el mercado de la industria
audiovisual no es suficiente para el
momento por el que pasa la Corporación. Pero es que además, en ocasiones estas
soluciones de gestores técnicos, vienen de la mano de las productoras de
Televisión.
El gran problema es el de la credibilidad y la
solución pasa por la regeneración. Esta es la cuestión, regeneración sí o no. Y
la regeneración en términos de periodismo consiste en que solo se apliquen
criterios profesionales. No se entendería otra solución. A los que sostenemos
esta postura nos dicen que los partidos se pondrán de acuerdo y no permitirán
un periodismo independiente. Pero yo creo en la vía parlamentaria. Luché por la
democracia y me tocó pagar con detenciones y prisión en el final del franquismo
por traer las libertades; cuando se gritaba en genérico, yo le ponía el
apellido de la libertad de expresión.
De los
tiempos de la manipulación en los medios públicos tenemos que aprender para
darlos por muertos, y no para que sean
del signo contrario . Por eso la bandera de la regeneración yo creo que es
prácticamente la única en estas elecciones al Consejo de Administración de
RTVE. Algunos candidatos al Consejo, con importantes trayectorias, tienen sin
embargo dificultad, si es que lo hacen, para hablar de regeneración dentro del
periodismo. Porque han vivido en tiempos de contaminación y no llevaban el
traje que les protegiera. De esa contaminación entre la política y el
periodismo, de la cual ya he hecho un estudio en profundidad en mi libro “LA PRENSA QUE SE VENDIÓ”.
Y se puede
dar la paradoja de que puntúe esa experiencia contaminada.
Por cierto,
es muy fácil echar toda la culpa de nuestros males a los políticos y no darnos
cuenta que hemos participado nosotros también en el juego. En el caso de la
BBC, que todos hemos puesto siempre como
ejemplo, su órgano de dirección lo elige el gobierno británico. Y desde el día
siguiente ejercen su independencia en primer lugar del gobierno que les nombró.
El pacto
alicorto de otros tiempos tiene que sustituirse por un pacto con la sociedad
para que los trabajadores de la RTVE puedan desplegar toda su profesionalidad y
creatividad sin cortapisas. Donde quepan todas las opiniones y se respete a las
minorías, con su derecho de acceso.
No ayudará
la competencia de RTVE vista la munición que ha empleado hasta ahora con motivo
de la elección frustrada del Consejo provisional. Se tildó de compadreo, de
lista pasteleada y de rodillo. Que paradoja, un rodillo que no saca adelante
una votación, pero nadie rectificó esa grave acusación.
Un caso más reciente de esa contaminación, se dio cuando una candidata
a presidir provisionalmente la corporación de RTVE, quemada al igual que otros
buenos profesionales en la hoguera de las vanidades colectivas del periodismo,
alimentaba el fuego, seguramente sin quererlo, al esgrimir como argumento que
era demasiado de izquierdas. Cuando en mi opinión los argumentos se tenían que
basar en los excelentes casos de periodismo de investigación que ha dirigido
precisamente sobre los recovecos más oscuros de la administración. (Cito como
ejemplo, el de la mafia policial). Es decir, se acudió a la política y no al
periodismo.
Se han dado
patadas políticas en el culo de los candidatos al Consejo de Administración
provisional de RTVE. Pero lo que se ve cuando se disipa la espuma es el intento
de desacreditar al medio público de
comunicación más importante del país. Que importaba si para ello se sacrifica a
políticos y periodistas.
Luis Santos
Serra, escritor y periodista. Candidato a presidir la Corporación de RTVE.