LIBROS | CAZARABET
“El periodismo de investigación está plagado de
filtraciones de políticos cabreados”
En su libro ‘La prensa
que se vendió’, el periodista Luis Santos desvela en exclusiva algunos de los
secretos mejor guardados de la prensa que protagonizó la Transición.
nuevatribuna.es10 de
Marzo de 2016 (19:55 h.)
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La regeneración que
impregna la vida política debe llamar también a la puerta del
periodismo. ‘La prensa que se vendió’, es un análisis riguroso que busca
provocar la catarsis en la prensa que protagonizó la Transición. Un libro que
saca a la luz por primera vez y en exclusiva el archivo reservado del último
portavoz del Gobierno de UCD, Ignacio Aguirre. Se desvelan cartas de los
directores de medios y notas internas del Gobierno, comprobamos cómo se impide
la reaparición del diario ‘Madrid’, se aplica la eutanasia a ‘Informaciones’ y
‘Pueblo’ o se defiende perjudicar a ‘El País’ al tiempo que beneficiar a ABC.
Los documentos demuestran, además, la persecución de los periodistas progresistas.
Una política que ha condicionado y conducido a muchos medios de comunicación
actuales a ser voceros del poder.
Luis Santos, periodista, crítico y “defensor a
ultranza de la ética en su profesión”. Su trayectoria profesional ha viajado
por la prensa escrita, agencias, radio y televisión. También ha estado en el
otro lado: en los gabinetes de prensa de CCOO y en PSOE. Su mayor labor ha
estado ligada al Parlamento desde donde impulsó, con otros compañeros, la
Asociación de Periodistas Parlamentarios, de la que fue presidente.
Cazarabet conversa con Luis Santos
Luis, titulas el libro “La prensa que se vendió”… Se
vendió en un tiempo, se ha vendido siempre y, de alguna manera, se sigue
vendiendo, ¿no?
Los medios de comunicación no han dado respuesta a lo que se denuncia en el
libro, por lo que se puede pensar que el problema de la venta de la línea
editorial al poder sigue abierto. Es verdad que no todos actuaron igual, pero
podemos ver el comportamiento de los grandes grupos de comunicación.
Y se vende porque la prensa se engrasa por contratos
publicitarios y la publicidad viene, sobre todo, de las grandes empresas con
grandes intereses…
Estamos viendo la
corrupción política, pero hasta ahora no se había puesto atención a la
corrupción mediática, con todo lo que significa
Estamos viendo la corrupción política, pero hasta ahora no se había puesto
atención a la corrupción mediática, con todo lo que significa. Si ha existido
esa connivencia entre el poder político y el mediático en la construcción del
Estado democrático, es una consecuencia normal que no haya transparencia sobre
la influencia de los anunciantes en la información que se publica.
En lo político la prensa parece que juegue, a veces, a
apostar por unos, luego por otros, pero, a la vez, andan con mucho cuidado con
los que quieren desmarcarse de “lo establecido”, es como si tuviesen marcado un
campo de juego y no quisieran que nadie traspasase la línea…
Una pensadora decía recientemente que ahora con los cambios se amplían los
límites de lo posible. Pues eso pasará, espero, con la información. Porque los
periodistas o medios críticos eran expulsados fuera del sistema. En el libro se
ponen ejemplos de cómo se ejecutaban esas exclusiones desde el poder. Pero
también, con qué alegría el poder mediático se prestó a esas prácticas poco
éticas. Es verdad que hasta ahora lo mediáticamente correcto era la alternancia
e incluso que los periodistas cayesen en el frentismo a que daba lugar.
En realidad la prensa constituye todo un poder, sea
prensa de papel o digital, ¿no?
Hay menos
corporativismo rancio, pero todavía no se vislumbra hacia dónde vamos, en el
aspecto informativo
La prensa escrita está en crisis pero en mi opinión sigue marcando la
agenda informativa. La digital es una opción para dar respuesta a esa crisis en
el aspecto económico, pero no estoy convencido de que haya aportado globalmente
una alternativa de independencia. Porque se siguen produciendo alineamientos.
El poder, como tal, está en recomposición. Hay menos corporativismo rancio,
pero todavía no se vislumbra hacia dónde vamos, en el aspecto informativo.
¿Lo debe contar todo la prensa o, a veces, debe
valorar poner en la balanza y callar? Supongo que aquí entra y mucho la línea
editorial que todo medio tiene y que es del todo respetable.
La línea editorial debe dar contenido a la opinión, que tiene que estar
separada de la información. Ahora se manipula si cabe más la información con la
falsa coartada de la libertad de expresión y libertad de empresa periodística.
Resultado, la información no se contrasta, se cambian elementos esenciales para
entenderla o sencillamente no se publica. Y algunos periodistas incluso se
autocensuran, para mantener el empleo o progresar en la empresa.
Muchas veces se da el efecto contrario que el político
que tiene mucha, mucha información privilegiada y hoy más que nunca… pues que
juega con ella y o la utiliza directamente para amenazar, imponer y meter miedo
para hacer callar o, la filtran a otros medios. Eso ya es otra cosa muchísimo
más grave. ¿Qué nos puedes comentar?
Desgraciadamente no siempre se pueden explicar los vericuetos de cómo se
trabaja la información en el poder político y mediático, como hemos podido
hacer con este libro. Yo animo a que se investiguen otros periodos. Aunque hay
que reconocer que el periodismo de investigación está plagado de filtraciones
de políticos cabreados.
Vayamos por partes: dedicas el libro a la prensa
escrita (antes a papel y ahora a papel y a digital) porque, además desde las
primeras páginas ya dices que es la que se miraban más los políticos, con la
que “cocinaban las expectativas” y con la se iba más allá con la contratación
de columnas a columnistas con la connivencia del director del periódico…
La prensa jugó un papel fundamental en el restablecimiento de la
democracia, y en el tipo de democracia que hemos tenido. Desde ella se
conformaba la opinión pública, se hacía la ingeniería del consentimiento, se
establecía la imagen de los actores que iban a instaurar un nuevo Régimen.
Recuerdo que hubo periódicos o, más bien, directores
que tomaron las riendas y, verdaderamente, se empecinaron con algunos temas muy
sensibles. Por ejemplo tengo en mente, ahora, al caso GAL, a Diario 16 y a
Pedro J frente al todopoderoso, por aquel entonces, Partido Socialista. Aquello
levantó muchas ampollas que todavía no se han curado y un antes y un después,
creo, en la historia y maneras de hacer del periodismo, explotando , al final,
en una tertulia un jueves noche si no recuerdo mal con un Corcuera, ministro
del Interior, fuera de sus cabales…
Las cosas del GAL
salían publicadas porque había una lucha interna en el Gobierno socialista
Sí, de un Corcuera que se enteraba en directo en un programa de Televisión
que dicho periódico tenía papeles comprometedores. Papeles que le había dado a
ese director de periódico otro ministro. Las cosas del GAL salían publicadas
porque había una lucha interna en el Gobierno socialista. Es un ejemplo, de lo
que decía, el periodismo se nutre muchas veces de ese tipo de materiales, de
filtraciones. Pero el resultado, es lo que importa, es bueno que se conozcan
los hechos.
Con los años la televisión, sobre todo por las
tertulias, han cogido un poco más de protagonismo y el ejemplo lo tenemos, ahora,
con que los políticos van a los programas en los que se habla de política, pero
también a cualquier magazine.
Hay tertulias, que aportan elementos de información y otras que son la
reproducción continua de tópicos periodísticos o políticos. Por otra parte los
políticos están dedicados en cuerpo y alma a que se les conozca, y la moda
ahora es llegar a su intimidad o haciendo deporte de riesgo, más que por su
labor de pensadores.
¿Cómo valorarías los debates que se han llevado a cabo
en la última campaña electoral?
Se instala la idea de que son necesarios para contrastar las opciones
electorales. Pero hasta ahora hemos tenido avances y retrocesos. La idea de que
sean plurales está más en consonancia con la democracia de calidad. Pero hemos
visto cómo ha habido intentos de volver en este capítulo al bipartidismo.
Menos en un debate, el que se celebró el día 9-12-15
en la primera cadena de la TVE, en el que estuvieron presentes todos, los que
ya tenían representación y los “nuevos”, no todos los grupos que tenían
representación en la Cámara Baja fueron invitados a los demás debates, ¿cómo lo
ves?
Es muy importante
aplicar la ética del pluralismo en los medios de comunicación, que implica
garantizar la expresión de las minorías
Es muy importante aplicar la ética del pluralismo en los medios de
comunicación, que implica garantizar la expresión de las minorías, para que la
gente, los espectadores puedan elegir finalmente entre los que surgen o tienen
un pequeño papel y con opción real a aumentar su representación. Esa es la
revolución democrática que tienen que hacer los medios de comunicación,
empezando por los públicos. Pero hasta ahora se ha dado el fenómeno contrario
en muchas ocasiones. Por ejemplo, a Izquierda Unida, no se le daba
habitualmente espacio informativo y si se hacía era para destacar sus noticias
negativas.
Qué supone ser periodista de la Cámara Baja, el lugar
donde se legisla, qué supone el cubrir todo lo que se cuece en el Parlamento?
Desde fuera parece o puede parecer como tedioso, pero creo que una vez te metes
dentro, entiendes la dinámica y demás, debe ser apasionante.
A veces puede deslumbrar estar cerca de los protagonistas de la política,
pero pronto se descubre que estás en una cadena de producción de noticias,
donde con frecuencia prima más la reacción urgente de pasillo al tema del día,
que los análisis de fondo sobre las consecuencias de cada ley. Al poco tiempo
se desmitifica el papel del periodista y uno descubre que el político te
utiliza para llegar a los ciudadanos.
Pero también has estado formando parte del otro lado
de la trinchera en los gabinetes de prensa de CCOO y el PSOE ¿Cómo fue la
experiencia?; ¿hay tanta presión como se presume?
CCOO fue en sus
inicios tremendamente pluralista
Reconozco que es difícil que una organización política, como se han
conocido hasta ahora desde la Transición, y eso ha pasado en las que citas,
donde he trabajado, se entienda la independencia de los técnicos o
profesionales. Hay mucha presión por ese motivo, y es la que me importa,
no tanto la que se deba a los resultados que haya que obtener en el cometido,
en este caso de periodista. Yo he intentado ser independiente siempre,
seguramente no con los mismos resultados en todas las etapas. Recuerdo que CCOO
fue en sus inicios tremendamente pluralista y eso me permitió realizar mi
trabajo sin contradicciones éticas. Y eso que el trabajo era muy exigente,
hasta tal punto que aguanté, con otros muchos, la noche del intento de golpe de
Estado en la sede confederal. Ahora creo que los sindicatos principales, han
cambiado a peor, en la gestión de la información y del pluralismo. En
cuanto al PSOE, trabajé en un periodo en el que se dio el fenómeno de Borrell,
y me aportó muchas claves de cómo funciona una organización que ha estado
alternándose en el poder.
A parte de a los intereses económicos, ¿a qué otros
intereses se ha vendido la prensa, al puro poder, simple y llanamente?
Yo creo que además de los intereses económicos, la prensa ha querido ser
directamente determinante en la conformación del poder, ser parte de él, darle
su ideología y dotarle de contenidos políticos. Se dio cuenta que había un
vacío de ideas democráticas tras el franquismo y entre construir un periodismo
independiente de servicio a los ciudadanos, o servir a las grandes familias de
la comunicación, optó por esto último.
Un periodista debe trasladar la información, pero
también debe saber mirar la noticia y darle la vuelta, hacerse preguntas sobre
la misma, hay que ser algo más que “transportista de la información”, hay que
hacer un periodismo comprometido que informe, investigue y que se comprometa
por ese término que hoy se utiliza tanto: “el bien común”. ¿Qué piensas, qué
nos puedes reflexionar?
El periodismo es
publicar lo que alguien no quiere que publiques
No siempre hay condiciones para el periodismo de investigación en su
sentido más heroico, pero siempre tiene que haberlas para contrastar la
información y no dañar el pluralismo. Yo estoy de acuerdo en eso que se dice de
que el periodismo es publicar lo que alguien no quiere que publiques. Que la
expresión vaya ligada a la libertad es muy bonito, pero el día a día no tiene
que amargarte ese deseo.
Se dice que políticamente estamos en una “especie de
segunda Transición”, también desde lo periodístico y no me refiero a los
formatos -del papel a lo digital que ya es casi historia- más bien en cómo se
debe “hacer periodismo” desde esta inmediatez que nos dan las nuevas
tecnologías y teniendo en cuenta que vivimos esa “nueva Transición” con nuevos
actores políticos y sociales porque se ha pasado de los sindicatos, (por
mencionar a los típicos actores sociales) a las asambleas, a las mareas, al
15M…
La sociedad todavía no
ha impuesto a los medios de comunicación que la ética es una condición vital
para su existencia
Sí, hay quien habla abiertamente de segunda Transición. De alguna manera se
impone en el lenguaje. En ‘La prensa que se vendió’, se demuestra cómo se
mitificó la primera Transición, por lo menos en lo que se refiere a los medios
de comunicación. Y justo la mitifican más los que no hicieron gran cosa por
traerla. Ahora parece que todo está cambiando, principalmente las formas de
hacer política. Todavía no tenemos perspectiva para ver qué actores
permanecerán, aguantarán. Pero sí sabemos que algunos partidos y sindicatos lo
están pasando mal. En el periodismo las redes sociales, la información hecha
desde abajo y muchas veces, con más respeto hacia los elementos objetivos de la
noticia, que el que reflejan los medios tradicionales, terminará provocando
cambios, pero no me atrevo a aventurar los plazos ni el resultado final.
Cebrián decía, que parangonando a la película “Los otros”, algunos quizá ya están
muertos pero todavía no lo saben. En cualquier caso la regeneración tiene
que llegar también a los medios de comunicación, porque lo que se describe en
el libro es la corrupción mediática.
El periodismo, creo, debe estar en constante evolución
y en constante regeneración desde lo ético… ¿crees que esto se reflexiona lo
suficiente en la facultad de Ciencias de la Información, de periodismo o en las
diferentes redacciones?
Sobre la Universidad no me atrevo a decirlo, pero en las redacciones y en
la profesión en general, la regeneración ética no se tiene presente como tarea
permanente, como motor. Aunque todos los profesionales creen que no incumplen
las normas éticas elementales. El problema es que en los medios públicos el
partido gobernante impone su visión y en los medios privados, condicionan más
la libertad de empresa y los resultados, que la ética. Surgen estatutos de
redacción y consejos de redacción, pero hay una gran hipocresía y la sociedad
todavía no ha impuesto a los medios de comunicación que la ética es una
condición vital para su existencia.
De todas formas, sigue habiendo demasiados medios que
venden, más allá de cierta tendencia, su línea editorial… se cruza, muchas
veces y muchos metros, la línea de lo ético. Me explico, un medio “X”, el que
sea puede tener su línea editorial por ejemplo de izquierdas, pero otra cosa es
“pactar” editoriales; omitir noticias que pasan o tergiversar otras, y eso
pasa. ¿Qué nos puedes comentar?
En el libro se analiza un período, pero quién garantiza que no se siguen
repitiendo esas ventas de la línea editorial. Entre otras cosas porque muchos
de los protagonistas siguen vinculados a los grandes medios. Y se callan. Por
lo demás insisto, una cosa es la línea editorial y otra la información, que
tiene que ser veraz. En este aspecto hay mucho recorrido por hacer en el
periodismo, y en la calidad de la información y al final de la democracia. Hay
que dejar de amparar socialmente a quien incumple las normas éticas.
En este país, ya me perdonarás, pero hay periodistas
que no sé cómo pueden serlo. Sus formas, maneras, todo lo que hacen, escriben,
hablan, es para vanagloriarse a ellos mismos, son “vedettes de la información”,
nada más…habría que pasar como un psicotécnico de conducta y de ética, ¿no?
Algunos periodistas se
convierten en personajes espectáculo y juegan abiertamente ese papel
No soy nada corporativo y si muy autocrítico. Creo que estamos en la
sociedad del espectáculo y a muchos periodistas entrar a jugar en ese campo les
da dinero y poder personal. Para ello algunos periodistas se convierten en
personajes espectáculo y juegan abiertamente ese papel. Creo que es la
traslación de otros espectáculos televisivos que dan rentabilidad a los medios
que los alojan y que dichos periodistas mimetizan en las formas. Pero esa
traslación se produce también en otras direcciones, como la venta de libros,
donde a veces, alguien de Salvame o Gran Hermano, se hincha a vender libros.
Hay quien habla también del fenómeno de la banalización de la información en un
momento de abundancia de la misma. Al final, yo creo que la ausencia de ética
en la batalla mediática deja un hueco que llenan productos del espectáculo.
Por último Luis, ¿debería haber más allá de un código
deontológico una especie de “comité deontológico” (porque código creo que lo
hay, pero lo que no hay es un comité que evalúe ciertas conductas) que evaluase
ciertos comportamientos periodísticos? Porque aquello que no puede ser es que
se mienta en un titular a primera página y que el desmentido salga en una
especie de “esquela” en el interior del periódico, casi escondido.
La información también
tiene que ser protegida y defendida como un elemento de desarrollo igualitario
En un debate con un empresario de comunicación me echó en cara que
cualquier control ético supone ir al totalitarismo. Existen códigos
deontológicos y comisiones de ética en las Asociaciones de la Prensa, además de
defensores del lector o del espectador. Pero sus debates o sus resoluciones
están en un plano tan secundario que no tienen prácticamente incidencia. La
sociedad tiene otros problemas más importantes, pero la información también
tiene que ser protegida y defendida como un elemento de desarrollo igualitario,
como una de las temáticas de vuestra librería, a la que agradezco la
oportunidad de expresar mis opiniones.