Presentación...

Bajo el título "periodistasinvestigación", este blog quiere representar una mirada crítica del poder e impulsar la regeneración ética en los medios de comunicación, para que haya una auténtica libertad de expresión.


I am nothing if not critical

lunes, 28 de octubre de 2019

RECUPERAR LA INDEPENDENCIA EN RTVE


El pasado mes de junio envié a la mesa del Congreso de los Diputados un escrito reclamando que se recupere para la elección de miembros del Consejo de Administración de RTVE el criterio de la independencia profesional como forma de restaurar la credibilidad en la corporación y hacer la radiotelevisión pública de todos.
Solicito que figuren criterios de evaluación como la investigación y crítica de las relaciones del poder con la profesión, la experiencia en el conjunto de medios y la innovación en el aspecto organizativo y corporativo en defensa del periodismo de calidad. Estos elementos aportan alternativas a la falta de regeneración en los medios de comunicación, cuyo motor debe ser RTVE.

    No se ha buscado atisbar en el historial profesional y de las iniciativas emprendidas que la independencia sea la principal característica  para la nueva etapa de la CRTVE. Más allá de la retórica hay que demostrar que se ha ejercido la independencia durante el desempeño profesional del período que se trate. Que no sea como el caso reciente de un director de medio escrito cuando hace apología de la transparencia después de haberse ido del cargo, y a mayor beneficio de las ventas de su libro.
Dicho de otra manera, y poniendo otro ejemplo también de la prensa escrita. Ante la afirmación  pronunciada con desparpajo por una destacada periodista parlamentaria de uno de los medios de referencia: “yo no escribo para la gente sino para mis jefes”,  hay que decir que la independencia profesional solo existe si se ejerce cuando la misma se cuestiona.

En la memoria que presenté destaqué algunos momentos de lo que yo he vivido en la relación del poder con los medios. Y defendí mi independencia profesional tanto en los medios como en los gabinetes de prensa.
Recuerdo la aplicación de la cláusula de conciencia en EFE. Ejercí este derecho profesional, tan poco habitual, cuando estaba en la agencia destinado en el Congreso de los Diputados, para dejar constancia de que no contribuiría a publicitar las tesis del terrorismo cubriendo la rueda de prensa del diputado de Herri Batasuna, Jon Idígoras. Lo acompañé de la convocatoria de una asamblea de periodistas parlamentarios de todos los medios en la que se acordó no hacer preguntas, limitándose los informadores a recoger el comunicado de los diputados abertzales. Esto conllevó que se nos citase críticamente en el periódico EGIN. En otro momento critiqué personalmente  al director del citado periódico en su visita al Congreso por su poco valor democrático en la lucha por las libertades durante el franquismo.

En otro orden de cosas, dimití como presidente de la APP, Asociación de Periodistas Parlamentarios, cuando los asociados no defendieron la celebración de un debate para la presidencia del gobierno en 1996. Fui objeto de una importante campaña de ataques personales en determinados medios de comunicación con el protagonismo de sus directores y los redactores parlamentarios que de ellos dependían, que prefirieron subordinar los planteamientos profesionales a sus relaciones privilegiadas con el poder.

En cuanto a los Gabinetes de prensa  (Responsable de comunicación de CC.OO. y PSOE en el Congreso de los Diputados), no traicioné ni aparqué los principios de nuestra profesión, compatibilizándolos con  la lealtad al contratador. Eso me dio armas éticas y de política democrática para oponerme  a cualquier intento, que siempre los hay, de trasladar a los medios de comunicación las campañas de trabajo sucio en el seno de las organizaciones políticas y sindicales. Y aunque hubo referencias publicadas yo he mantenido siempre que el periodista no tiene que ser el protagonista de la noticia aunque se encuentre en el centro de la controversia en la defensa de la independencia.
Aunque no me libró de sufrir las consecuencias en la esfera personal cortando mi  promoción e incluso la continuidad en la responsabilidad. Es el precio de la independencia en el periodismo, que pagué conscientemente y que volvería a repetir.
Estos ejemplos, seguramente están anclados en la lucha que me costaron cárcel y detenciones durante el franquismo luchando por las libertades. Cuando los currículums se hacían de otra manera.

              *   Incluso la investigación crítica de las relaciones del poder con la profesión, no se ha considerado hasta ahora, como es el caso de un 
libro sobre medios de comunicación. Concomitante con el resto de apartados excluidos de valoración, sobre todo la independencia, pero también innovación e investigación. Es el caso de mi libro “LA PRENSA QUE SE VENDIÓ”,  que salva parte del patrimonio histórico de la profesión del que no se conocía su existencia cuando se diseñó la Transición a la democracia en los medios de comunicación. Libro que se aleja del “frentismo”, defecto tan habitualmente detectable en el panorama periodístico. Libro que abre una reflexión autocrítica con la exposición de documentos referidos a todos los medios. Detalle éste que no debería ser menor ya que se debe pretender hacer la RTVE de todos, salvando la zanja de que según alternancia de partidos o bloques, parte de la redacción se vaya a los pasillos, con lo que pueda afectar a la percepción social de que se transmite una información sesgada. 

       *Quedan fuera también hasta ahora valoraciones con el marchamo de la innovación organizativa. Un aspecto que habría que fomentar y estimular en la profesión. Es el caso de  la  creación de una organización periodística levantada con dificultad, sin apoyos y basada en la iniciativa personal de un grupo de personas  al margen de los intereses empresariales de los medios. La APP, Asociación de Periodistas Parlamentarios pretendía, tan solo, democratizar  determinadas prácticas profesionales, ya que desde el poder se ejercía la comunicación privilegiando el trato con algunos medios y sus representantes.
 Hay una concepción más burocrática y casi funcionarial del desempeño de la profesión periodística en las aconvocatorias de elección a miembros del Consejo de Administración. Sin más adjetivos periodísticos, como los planteados en este escrito, la simple suma burocrática  puede llevar a la anomalía de puntuar a personas que han tenido un papel destacado y determinante en períodos en los que todos concluimos, independientemente de nuestra forma de pensar, que ha habido un sostenido carácter manipulador.


           *Hasta ahora no se garantiza la igualdad de oportunidades en la elección de miembros del Consejo de Administración, al tiempo que se desecha una experiencia de conjunto en el amplio espectro de medios de comunicación. Más parece que se ha perseguido una elección endogámica dentro de la Corporación.
 En la valoración de méritos se organiza un constructo que no garantiza la igualdad de oportunidades ya que se parte de la posibilidad de sumar más puntos a partir de haber ostentado puestos directivos en la CRTVE, cuando se llega hasta aquí con una fuerte dependencia de la discrecionalidad en los nombramientos, ya que anteriormente no existía ni comité de expertos ni sistema transparente de elección.   No se ha valorado la experiencia de conjunto en distintos medios, agencia, periódico, Televisión, gabinete de prensa. Cambios de medio que se producen por la exploración a iniciativa personal, de distintos formatos de comunicación y no en función  de la precarización laboral. Un ejemplo es cuando decide el informador cambiar de medio para participar en el nacimiento de una nueva experiencia de comunicación.



DEFECTO DE FORMA. 

En el citado escrito a la Mesa del Congreso de los Diputados también daba cuenta de un defecto de forma que me produjo indefensión. En el mismo se decía que:
Ruego que por la presente atiendan esta reclamación incluyendo mi candidatura al Consejo de Administración de RTVE y sus sociedades por el defecto de forma en la resolución que me ha producido indefensión.

 En efecto, el escrito de 12 de diciembre de 2018 del Presidente de la Comisión Mixta de Control Parlamentario en el que remite a la Presidencia del Congreso la resolución del Comité de Expertos para la renovación de los miembros del Consejo de Administración de la CRTVE, contiene un defecto de forma que me ha generado indefensión y la falta de tutela.
En el informe de evaluación que reproduce la Comisión Mixta de Control Parlamentario en lo que se refiere al capítulo de valoración del proyecto de gestión para RTVE se dice que “se procede a una valoración individualizada de los proyectos de gestión presentados por los candidatos. Los proyectos están identificados por un número de orden para garantizar la anonimidad de la evaluación”. Pues bien, el número de orden no se corresponde con el que figura anexado a mi proyecto.

Luis Santos Serra